Habitación de Rose Weasley

Entré en mi nueva habitación. Era muy espaciosa, tenía lugar para poner todas mis cosas. La cama era gigante, con doseles azules. Comencé a acomodar mi ropa en un gran armario.

Entré en mi habitación, observando mi mano. Enseguida me tiré sobre la cama, sin importarme que mi ropa estuviera llena de pasto.. estaba muy cansada, pero no podía dormir.

Comencé a dar vultas en la cama, sin poder dormirme, hasta que -PAAF! - caí al suelo.

-Dios! -grité- No puedo seguir así.. -me incorporé, mientras me sacaba la túnica.

Me dirigí al baño, sacándome la ropa. Al entrar, miré fijamente el espejo por un rato. Mi mente volaba, no muy lejos de allí.
Lavé mi cara, y volví a tirarme a la cama, en ropa interior.

Quedé boca arriba, mirando el techo. -¿Qué me sucede? -susurré.

Me incorporé lentamente, y me asomé por la ventana. La luna alumbraba majestuosemente los terrenos de Hogwarts. Me entretuve un rato mirando el cielo..
¿Por qué no lograba conciliar el sueño?

Volvi a la cama y me tumbé boca abajo, resignada. Esa no sería una noche para dormir.

Empezaban a salir los primeros rayos de sol, y no había logrado dormir nada. Me levanté, me puse la túnica que se encontraba en el piso, y salí a dar una vuelta.